jueves, 14 de mayo de 2009

Madrid no se acaba nunca.


Me he pasado los dos últimos meses despidiéndome del invierno. Para ello, robé un mechero de Casa Paco, fotografié polaroids ajenas, subimos a los últimos tejados de esta ciudad, comí ensaladilla rusa de mi abuela, nos quedamos sin tomar un café en ese bar detrás de la Plaza Mayor, besé a los chicos guapos de Malasaña, corrimos por Madrid, disfruté los domingos en La Latina, bebí un daiquiri de violetas, volví a la casa naranja-verde-roja, viajé todo lo que pude, pasamos una noche en el Palacio Real, tomamos unas cañas detrás de mi casa, me robaron mi mechero de Casa Paco, me invitaron a una fanta a cuatro euros en las Vistillas, recorrimos los peores bares de San Bernardo, me quemé con el sol de Marzo, acompañé vodkas con pepitos de ternera del Palentino, leímos el periódico en la Plaza de Oriente, S. y yo descubrimos a Amorevo y andamos, andamos mucho.

(Juliette Greco - Valse de au revoir)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y lo que nos queda guapa!