lunes, 23 de febrero de 2009

En la cama.


Una de mis cuatro obsesiones es la cama. Como escenario de las cosas importantes que pasan en una casa. Me basta con estar tumbada en ella, con el sol dándome en la espalda. A veces escucho música, y a veces sólo el sonido de las sábanas, que se amplifica como en el anuncio de electrodomésticos en el que el ruido más discreto suena muy alto. Me gusta ponerme el despertador diez minutos antes, estirar los nudillos, calentarme el pie que dejo toda la noche destapado.

Yo pienso mucho. Imagino viajes, personas, recuerdo la casa blanca en verano. O el día anterior. Con esa luz, las ideas corren muy rápido. Por la noche, en cambio, cuando estoy a punto de dormirme, empiezo a tener pensamientos sin sentido.

Te juro que yo te he visto en mi cama, muchas veces. Me giro y de repente aparece la curva de tu hombro.

(La Buena Vida - Pacífico)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me encantó tu reflexión sobre la cama, simplemente me encantó.

Juan Eme dijo...

precioso