domingo, 30 de noviembre de 2008

32 dientes y un collar de calaveras.


"Arriba encontré una habitación amplia -vigas al descubierto, moqueta pálida- y un cuarto de baño diminuto con la cortina de ducha nueva. Una estrecha ventana horizontal se extendía a lo largo de toda la pared. Estuve bastante tiempo con la frente apoyada en ella. Los tejados, a diferencia de las calles, contenían el silencio. No había camiones de carga y descarga en los tejados, no había riñas ni coches, sino un callado damero de explanadas grises y rojas."

Belén Gopegui, Tocarnos la cara.

2 comentarios:

mr.tambourine dijo...

Creo que es la única novela de Gopegui que aún no he leído. Será cuestión de tiempo. Un tiempo que no estaría mal (bien) perder en una buhardilla como la que describe el texto, con muy pocos muebles y muchos libros y una ventana donde colgar las penas al sol.

Cambiando de tema, has escuchado lo último de Nacho Vegas? Qué te parece?

mr.tambourine dijo...

Blogeros contratados, a lo Juan Luis Gallardo en Familia, para maquillar mi soledad cibernética.

: )

En realidad asiduos del blog dedicado a NV: nachovegas.blogspot.com, espacio por el que, con el disco en plena escucha y el libreto en la mano, quizás te interese pasar.

p.d. He decidido esperar al vinilo. Pero no tengo muy claro si aguantaré.