Anoche volvía a casa después de ver a Xoel cuando me encontré a Leonard Cohen cantando una canción. Nos pusimos a hablar. La posibilidad de una cama vacía dos calles más abajo nos trajo hasta aquí. En sólo dos horas trazamos un ambicioso plan que consistía en enamorarnos locamente, salir de gira por el Pacífico asiático y ver un documental sobre Buñuel mientras cocinamos tortilla de patata. Hemos quedado el 4 de agosto en la puerta del Palentino para robar un coche y escaparnos al mar.
Pero el pobre Leo no sabe que no voy a aparecer, mañana ya estaré vacacionando.
: )
