Inevitablemente domingo. De esos en los que sientes la intensidad de las noches palentinas en tu cabeza y estómago nada más despertarte. Los domingos de otoño transcurren lentos, pesados, con el color amarillento de las fotos que se guardan en el taquillón del pasillo de mi casa. Y solamente se curan con un viaje en metro hasta el tejado más limpio de Madrid y la reunión que celebramos donde juramos no volver.
(Alondra Bentley - Dot dot dot)
1 comentario:
y denme cielos grises y nubes llorosas. y denme domingos eternos llenos de nada, que el sol y el sentido ya los trae ella, junto con su conveniente habilidad para crear singularidades gravitacionales carentes de horizontes de sucesos. *
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